Durante la Segunda Guerra Mundial, Guatemala, bajo el gobierno del general Jorge Ubico, se alineó con los intereses de Estados Unidos y los Aliados. Este período estuvo marcado por la presencia militar norteamericana, la influencia alemana en la economía y sociedad guatemalteca, y la represión de aquellos considerados enemigos del régimen.


Antes de la Segunda Guerra Mundial, la comunidad alemana en Guatemala tenía una presencia significativa, especialmente en Alta Verapaz, donde había consolidado una poderosa industria cafetalera. Familias como los Dieseldorff, Sarg, Sapper y Thomae dominaron el sector agrícola y contaban con una comunidad unida que realizaba sus actividades en el Club Alemán.



Los alemanes se organizaron en una comunidad muy unida y solidaria. Hacían sus actividades sociales en el Club Alemán o Deutsche Verein, en Cobán, fundado en 1888. El lugar fue remodelado y equipado para dar un ambiente agradable en donde los alemanes se sintieran «como en su país»: había una biblioteca con libros y revistas donados por quienes viajaban a Alemania.


Partido Nazi en Guatemala


En 1933, se fundó en la Ciudad de Guatemala la Deutsches Haus (Casa del Partido), un centro que pronto extendió su influencia a otras ciudades como Quetzaltenango, Cobán, Retalhuleu, Mazatenango y Puerto Barrios. Además, los alemanes residentes en el país establecieron la Asociación de Trabajo de la Mujer Alemana, consolidando una red de organizaciones afines al régimen nazi. A partir de 1935, simpatizantes del partido tomaron el control del Deutsche Zeitung, un periódico fundado por alemanes en 1931, convirtiéndolo en un medio de propaganda nacionalsocialista.





Ese mismo año, se crearon las Juventudes Hitlerianas en el Colegio Alemán, donde se adoptó el saludo nazi y se promovió la ideología de la superioridad aria. Sin embargo, esta postura ignoraba que entre los estudiantes había hijos de familias judías, lo que generaba tensiones internas. Aunque muchas de estas actividades tenían un carácter aparentemente cultural, como la celebración del cumpleaños de Hitler, el aniversario de su ascenso al poder y el Día del Trabajo, los alemanes afines al régimen nazi entraron en conflicto con otros residentes alemanes que llevaban décadas en Guatemala y habían establecido raíces en el país.


En 1937, estas relaciones se vieron reforzadas cuando el presidente Jorge Ubico recibió una carta de Adolf Hitler, en la que el líder alemán felicitaba a Ubico por su gobierno. Este gesto simbolizaba la cercanía entre el régimen guatemalteco y el Tercer Reich, aunque también exacerbó las divisiones dentro de la comunidad alemana en Guatemala.



Inician las tensiones

Durante el gobierno del Tercer Reich en Alemania (1933-1945), que coincidió en gran parte con el régimen de Jorge Ubico en Guatemala, surgieron rumores de que los alemanes en Alta Verapaz buscaban establecer una especie de «nueva Alemania», alineada con las políticas nacionalsocialistas de Adolf Hitler. 


Los alemanes, que habían adquirido tierras, fincas y propiedades gracias a concesiones otorgadas por los gobiernos liberales entre 1885 y 1920, disfrutaron de privilegios durante la dictadura de Ubico, quien simpatizaba abiertamente con los regímenes fascistas de Benito Mussolini en Italia, Francisco Franco en España y el propio Hitler en Alemania.


Un hecho que marcó a la comunidad alemana en Guatemala ocurrió entre 1935 y 1936, cuando el Tercer Reich convocó a sus ciudadanos a votar sobre la anexión de Austria a Alemania. Un barco alemán atracó en Puerto Barrios para facilitar la votación, y aquellos que participaron fueron registrados como simpatizantes del régimen nazi. Este incidente no solo reforzó los lazos entre la comunidad alemana y el gobierno de Hitler, sino que también generó tensiones con las autoridades locales y los intereses estadounidenses en la región.


La tensión aumentó en 1939 con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, tras la invasión alemana de Polonia, y alcanzó un punto crítico cuando Japón atacó Pearl Harbor en 1941, lo que llevó a Estados Unidos a entrar en el conflicto. Este evento tuvo repercusiones directas en Guatemala, donde el gobierno de Jorge Ubico mantenía una estrecha relación con Washington, especialmente por las concesiones otorgadas a empresas estadounidenses como la United Fruit Company. Esta compañía no solo monopolizaba la exportación de banano, sino que también controlaba el transporte ferroviario a través de su subsidiaria, la International Railroads of Central America (IRCA), y operaba prácticamente sin pagar impuestos al país.


La United Fruit Company era un pilar fundamental del régimen de Ubico y formaba parte de la política exterior estadounidense en la región, que se remontaba a las negociaciones con Colombia para la construcción del Canal de Panamá en 1903, durante la presidencia de Theodore Roosevelt. 


En esta imagen es de febrero de 1942, aquí observamos tropas norteamericanas desfilando en la sexta avenida de la zona 1.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Jorge Ubico permitió a Estados Unidos establecer bases militares en Guatemala. Como parte de esta colaboración, los soldados norteamericanos desfilaron por la Sexta Avenida de la Ciudad de Guatemala, un evento que captó la atención de la población local. 


Las fiestas y reuniones de los oficiales estadounidenses se llevaban a cabo en lugares exclusivos como el Club Guatemala, El Casablanca, El Granada y el Palace Hotel, este último ubicado en la antigua casa de Miguel García Granados.


La presencia de los soldados estadounidenses no solo tuvo un impacto militar, sino también social. Muchas jóvenes guatemaltecas, emocionadas por la llegada de los "gringos", buscaban relacionarse con ellos, lo que dio origen al término coloquial “las gringueras” para referirse a aquellas que perseguían su atención. Este fenómeno reflejaba cómo la guerra, aunque lejana, influía en la vida cotidiana y las dinámicas sociales de Guatemala.



En la imagen, un Fairchild Cornell MK II, una de las aeronaves donadas por Guatemala a las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial. Este avión, desplegado en la Academia de Aviación de Canadá y bautizado como 'Guatemala I' (del 'Guatemala II' se tiene poca información), fue utilizado para la formación de 174 pilotos noruegos. 


En primer plano, el entonces príncipe heredero Harald V, hoy Rey de Noruega, junto a sus dos hermanas, en el acto de recepción de la donación.

Expulsión


En Alemania, se permitió la doble nacionalidad, lo que garantizaba que los hijos de alemanes nacidos en Guatemala mantuvieran su ciudadanía alemana sin perder la guatemalteca. Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos alemanes fueron llamados a prestar servicio militar en su país de origen.


Tras el conflicto, algunos quedaron prisioneros en campos de concentración en Rusia y, en un intento por evitar la reclusión, afirmaban ser guatemaltecos.


Sin embargo, la guerra marcó el declive de esta comunidad en Guatemala. Bajo presión de Estados Unidos, se ordenó la expulsión de los ciudadanos alemanes. Aunque el presidente Jorge Ubico simpatizaba con la Alemania nazi, no pudo resistir las exigencias estadounidenses. 


Como resultado, se confiscaron sus bienes y se deportó a mujeres y menores de edad, mientras que los hombres fueron enviados a campos de concentración en Estados Unidos.​ Posteriormente, la mayoría de los terratenientes alemanes fueron expulsados, acusados de apoyar al Partido Nazi.


Conclusión

La Segunda Guerra Mundial marcó un punto de inflexión en Guatemala. La relación con Estados Unidos se fortaleció, pero a costa de la expropiación y expulsión de la comunidad alemana. La presencia de tropas norteamericanas influyó en la cultura local y las relaciones sociales, mientras que el país también hizo aportes materiales a los Aliados. En medio de estos cambios, historias como la de Mauricia y la de los alemanes deportados muestran la complejidad de la época y el impacto que tuvo la guerra en la sociedad guatemalteca.